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Abril de 1953 aparecieron publicadas en la revista Nature dos pequeños artículos firmados por dos jóvenes investigadores, el norteamericano
J.D. Watson y el británico F.H. Crick.Los artículos proponían un modelo estructural para una molécula hasta entonces enigmática y polémica, presente en todos los seres vivos y que respondía al enrevesado nombre de
Ácido Desoxirribonucleico. Afortunadamente, este nombrecito se abrevió en tres letras,
ADN para los hispanohablantes, DNA para los anglosajones. Hay veces que un hecho marca el inicio de una nueva época, abre nuevas puertas y conduce a caminos hasta entonces desconocidos.La publicación de los artículos de Watson y Crick fue la señal de salida para una nueva ciencia, o subciencia, la genética molecular. Algo que ha traido cola, cincuenta y tantos años después, y que seguirá haciendolo durante en el futuro, sin duda.Las repercusiones de los avances científicos se hacen sentir al cabo del tiempo, no de forma inmediata. Y la dilucidación del modelo estructural del ADN, en esa elegante doble hélice, ha traído y traerá repercusiones de toda índole en la vida cotidiana.
*los honorables Watson y Crick, jóvenes investigadores un tanto desaliñados, independientes y casi deshauciados profesionalmente que, en el último momento, publican un descubrimiento que sacude los cimientos de la Biología
*El señor Maurice Wilkins, director de un departamento científico que ofrece a los anteriores las pruebas que necesitan par construir su modelo de chapas y alambre...y que también se llevó el Premio Nobel.

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La olvidada Rosalind Franklin. Fue, literalmente, quien le hizo la foto al ADN, quien descubrió una serie de medidas y periodicidades sin las cuales Watson y Crick jamás hubieran podido construir su modelo. Era considerada por Wilkins como una "simple ayudante". Nadie le sugirió que se uniera al equipo que estudiaba el ADN, a nadie se le ocurrió preguntarle si quería participar en el artículo de Nature, los del Nobel no se acordaron de ella tampoco en 1962. Murió de cáncer, a los 37 años. Trabajaba con los peligrosos Rayos X.
Nadie puede discutir el mérito de Watson y Crick. Lo extraordinario ha sido cómo la historia oficial menospreció y olvidó el trabajo fundamental de un investigador de la talla de R. Franklin, ¿quizás por el mero hecho de ser mujer?.....
Hoy en día se asiste a una rehabilitación de su nombre y su prestigio como científico. De hecho, uno de los edificios del King's College, su centro de investigación, lleva su nombre.

Para saber algo más sobre los ácidos nucleicos, aparte de los enlaces que aparecen en el texto, pinchar en:
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